¿Cómo visitar a los guerreros de terracota?

Imagina caminar entre miles de soldados de arcilla, cada uno con una expresión única, como si el tiempo se hubiera detenido en el año 210 a.C. Así es el Ejército de los guerreros de terracota, una experiencia que no solo te sumerge en la historia, sino que te hace sentir parte de ella. Si buscas viajes que vayan más allá, este lugar es una invitación a reflexionar sobre el legado humano, la ambición y la eternidad.
Guerreros de terracota: El descubrimiento que cambió la Arqueología
Todo comenzó en marzo de 1974, cuando un grupo de agricultores de Lintong, provincia de Shaanxi, buscaba agua para sus cultivos. Con palas rudimentarias, cavaban un pozo y, de pronto, tropezaron con fragmentos de cerámica y puntas de lanza de bronce. Al principio, pensaron que eran restos de un templo antiguo. Pero al profundizar, aparecieron cabezas, torsos y caballos rotos: habían descubierto, sin querer, el ejército de terracota del primer emperador de China.
Hoy, uno de esos campesinos, Yang Zhifa, aún firma autógrafos en el museo. Su historia nos recuerda que los grandes hallazgos a veces nacen de lo cotidiano.
Los guerreros de Terracota: No son estatuas, son personas
Cada soldado de terracota mide entre 1,70 y 1,90 metros, pero lo fascinante está en los detalles. Por ejemplo:
- Los peinados revelan el rango militar: los soldados rasos llevaban moños laterales, mientras los generales lucían tocados elaborados.
- Las armaduras tienen remaches y placas esculpidas con precisión milimétrica, incluso en zonas que no se verían una vez enterradas.
- Las botas de los arqueros están adaptadas para flexionarse al disparar, un detalle que solo notarías si has practicado arquería.
Y aquí hay un dato que pocos conocen: originalmente, las estatuas estaban pintadas con pigmentos vivos (rojos, verdes, azules). Cuando las desenterraron, el contacto con el aire secó los colores en minutos. Hoy, los restauradores usan técnicas de humectación con polímeros para salvar los últimos vestigios de pintura. Es una carrera contra el tiempo, literalmente.
Xi’an: Donde el tiempo se enreda entre murallas y rascacielos
Xi’an no es solo la puerta a los guerreros de terracota. Es una ciudad que vibra con 3.000 años de historias entrelazadas. Fue aquí donde empezó la Ruta de la Seda, y aún puedes sentir su herencia en el Barrio Musulmán, donde los aromas a especias y los puestos de pan al horno de leña te transportan a otra época.
Pero Xi’an también es moderna: sus avenidas brillan con neones, y en los cafés de la calle Shuyuan, jóvenes emprendedores mezclan el té tradicional con laptops de última generación. Para quienes buscamos un equilibrio entre lo auténtico y lo cómodo, esta ciudad es perfecta.
No te pierdas:
- La Muralla Ming al atardecer. Alquila una bicicleta por el precio de ¥45 las 3 horas, y pedalea por sus 14 km mientras el sol tiñe de oro las tejas de la ciudad.
- El espectáculo de fuentes junto a la Gran Pagoda del Ganso Salvaje. Cada noche, agua, luz y música cuentan la historia de la dinastía Tang.
De Pekín a Xi’an: ¿Tren bala o avión para viajar a los soldados de terracota?
Si vienes desde Pekín, tienes dos opciones prácticas, cada una con sus pros y contras:
1. El tren de alta velocidad
Los trenes G son la joya de China. Salen de la Estación del Oeste de Pekín y en 4,5 horas te dejan en Xi’an. Pero no es solo velocidad: los asientos son amplios, hay enchufes USB y vagón comedor con noodles picantes que valen cada uno de los ¥25 yuan.
Te recomendamos elegir el asiento junto a la ventana en el lado derecho. Pasarás por los campos de trigo de Hebei y las montañas cubiertas de niebla de Shanxi.
Los precios rondan alrededor de los ¥550 por trayecto.
2. El avión
Un vuelo de Air China tarda 2 horas, pero suma el traslado a los aeropuertos: desde Pekín Capital son 1 hora en taxi con valor de entre ¥120 a 150 y en Xi’an, 40 minutos al centro. Además, los retrasos son comunes, sobre todo en verano por los monzones.
Si vuelas, es conveniente optar por vuelos matutinos. Las tormentas suelen ser por la tarde.
Puedes viajar desde ¥600, pero suben en temporada alta.
Del centro de Xi’an al Museo de los Guerreros de terracota
Llegar al museo de los guerreros de terracota es fácil, pero aquí van tips que no encontrarás en las guías:
En autobús público con Línea 306:
- Sale de la Plaza Este de la Estación de Tren, pero cuidado: hay falsos autobuses «turísticos» que te cobran ¥100. El verdadero tiene un cartel azul y cuesta solo ¥7.
- Si vas en hora pico, entre las 8:00 y 9:00 AM, prepárate para viajar apretado.
En taxi:
Di al conductor «Qin Bing Ma Yong», el nombre en chino del museo.
Debes tener cuidado porque algunos taxistas dicen que el museo «está cerrado» y te llevan a réplicas falsas.
Con tour guiado:
Empresas como Lost Plate ofrecen tours en grupos pequeños (máximo 8 personas) con historiadores locales. Por ¥400, incluyen transporte, entradas y anécdotas que no leerás en los paneles.
Horarios para visitar el mausoleo de Qin Shi Huang
El museo del ejercito de terracota abre de 8:30 a 17:00, pero hay trucos para disfrutarlo sin aglomeraciones:
- Intenta llegar a las 8:15 AM. Mientras los grupos turísticos desayunan, tú tendrás la Fosa 1 casi para ti solo.
- Temporada baja: Noviembre a marzo es frío, pero las fotos sin gente valen el abrigo extra.
- Evita La Semana Dorada, del 1 al 7 de octubre, y el Año Nuevo Chino. Los chinos viajan en masa, y el museo se llena como un estadio.
Las entradas cuestan ¥150 e incluyen tres fosas, el museo de los Carros de Bronce y un bus gratuito al mausoleo del emperador.
Museo de los guerreros de terracota: Un viaje al pasado militar de la Dinastía Qin
El museo alberga tres fosas principales. La disposición estratégica de las figuras refleja la obsesión de Qin Shi Huang por la eternidad: un ejército de más de 8,000 soldados, caballos y carros listos para protegerlo en el más allá.
Para maximizar el impacto visual y evitar aglomeraciones, se sugiere un recorrido en orden ascendente: Fosa 3 → Fosa 2 → Fosa 1, culminando en la majestuosidad de la formación bélica principal.
Fosa 3
Con apenas 520 m², esta área funciona como una cápsula del liderazgo militar. Aquí yacen 68 figuras de élite, incluyendo oficiales de alto rango ataviados con armaduras detalladas y caballos en posición de alerta.
Su ubicación central y la presencia de ofrendas rituales sugieren su papel como núcleo táctico. Un detalle fascinante es la ausencia de armas, posiblemente saqueadas durante revueltas posteriores a la dinastía Qin.
Fosa 2
Esta fosa, de 6,000 m², despliega un mosaico de unidades especializadas: arqueros arrodillados, caballería y soldados de infantería en formación de ataque. Aunque el 60% sigue enterrado, las secciones excavadas revelan innovaciones como suelos de ladrillo para drenaje y soportes de madera carbonizados, evidencia de un incendio histórico.
No te pierdas las vitrinas laterales, donde se exhiben figuras icónicas como el Arquero Armado, preservado intacto con su arco original.
Fosa 1
Abarcando 14,260 m², esta estructura colosal alberga 6,000 guerreros alineados en 11 corredores. Cada rostro es único, fruto de técnicas artesanales que combinaban moldes estándar con detalles personalizados. La fosa, techada con vigas que simulan un palacio subterráneo, ofrece vistas panorámicas desde pasarelas elevadas. Al fondo, observa áreas en restauración: arqueólogos limpiando meticulosamente fragmentos, un recordatorio de que este es un museo vivo.
Complementan la experiencia dos pabellones temáticos: el Salón de las Exhibiciones Interactivas, con recreaciones 3D del proceso de fabricación, y la Galería de Reliquias, donde destacan armas de bronce con cromo antióxido, tecnología perdida por siglos.
Mausoleo de Qin Shi Huang
A 2 km del museo, este complejo de 56 km² alberga la tumba intacta del emperador, protegida por leyendas de ríos de mercurio y trampas mortales descritas por el historiador Sima Qian. Aunque la cámara funeraria permanece sellada, tanto por preservación como por riesgos toxicológicos, el parque circundante ofrece joyas como:
- Los carros de bronce: Descubiertos en 1980, estos carruajes a escala mitad real son obras maestras de ensamblaje con 3,400 piezas. Decorados con dragones y fenices, simbolizan el viaje del alma imperial. Su sombrilla plegable de oro y plata revela un avance tecnológico asombroso.
- El túmulo vegetal: Una colina artificial de 76 m de altura, cubierta por árboles centenarios. Desde su base parten senderos flanqueados por estelas con inscripciones de dinastías posteriores.
- Foso de los funcionarios: Excavado parcialmente, muestra figuras civiles que representan burócratas, artistas y sirvientes, menos conocidas pero igualmente reveladoras de la sociedad Qin.
Experiencia del Teatro 360°: Para profundizar en la historia del sitio, no dejes de visitar este auditorio circular. A través de una proyección inmersiva con efectos multisensoriales, revivirás la construcción del mausoleo, el ascenso de Qin Shi Huang y el descubrimiento de los guerreros en 1974.
Con una duración de 20 minutos y narración disponible en varios idiomas, incluido el español, esta experiencia audiovisual conecta el pasado con el presente, destacando el legado tecnológico y cultural de la dinastía Qin.
El pueblo de Xiyang
A 10 minutos del museo, este pueblo vive de la alfarería. Por ¥50, los artesanos te enseñan a moldear un soldado en miniatura. Es una actividad perfecta para viajar con adolescentes: les saca sonrisas y les conecta con la artesanía ancestral.
Por qué tienes que realizar este viaje
Los Guerreros de Terracota no son solo un ejército; son un espejo de nuestra propia búsqueda de trascender. Qin Shi Huang quería ser inmortal, y en cierto modo, lo logró: hoy, su nombre resuena en cada viajero que se maravilla ante esas caras de arcilla.
Este viaje nos recuerda que, aunque el tiempo pasa, las huellas que dejamos pueden perdurar. Quizás por eso, al salir del museo, muchos visitantes se quedan en silencio. No es solo admiración; es una conexión íntima con la eternidad.