Cómo escalar el Monte Everest

Escalar el Monte Everest en la cordillera del Himalaya, un desafío extremo para los aventureros.

¿Alguna vez te has preguntado cómo es escalar el Monte Everest? Esta imponente montaña, como todo en la naturaleza, está en constante cambio. Hace 50 millones de años, el choque entre las placas indias y euroasiáticas comenzó a levantar el Himalaya, y el Everest sigue creciendo unos 4 milímetros al año.

Pero no es solo la geología lo que la transforma: el calentamiento global está derritiendo sus glaciares, las expediciones dejan huellas y las historias de quienes se proponen escalar el Monte Everest la reinventan cada temporada. Sin embargo, su esencia permanece: un imán para aventureros, un santuario para los sherpas y un recordatorio de que lo imposible es solo cuestión de perspectiva.

El Everest a través del tiempo

El Everest no siempre fue la montaña más alta. Hace millones de años, otras cumbres dominaban el planeta, pero la tectónica de placas la elevó hasta su altura actual. Hoy, sigue “viva”: los terremotos remodelan sus laderas, y el glaciar Khumbu se retrae 30 metros al año por el cambio climático.

Pero incluso con estos cambios, su magnetismo persiste. ¿Por qué? Porque el Everest en la cordillera del Himalaya, no es solo roca y hielo: es un símbolo de lo que los humanos podemos lograr cuando trabajamos con la naturaleza, y no contra ella.  

Sherpas y rituales milenarios  

Para entender el Everest, hay que empezar por su gente. Los sherpas, etnia originaria del Tíbet, llegaron al valle de Khumbu hace 500 años y desarrollaron una relación única con la montaña. Para ellos, cada roca, cada glaciar, tiene un espíritu. 

Por eso, antes de escalar el Monte Everest, realizan la ceremonia puja: construyen un altar con mantras budistas, ofrendan arroz y leche, y piden permiso a Chomolungma para entrar en su territorio.

Si asistes a una de estas ceremonias, verás cómo los guías sherpas se inclinan frente al altar, serios, mientras el lama recita sutras. Es un momento que te hace replantearte qué significa realmente conquistar una montaña.  

El Monte Everest: Cómo Llegar Paso a Paso 

Si estás planeando llegar al Everest, prepárate para una aventura que empieza mucho antes de poner un pie en la montaña. A continuación, te contamos cómo moverte, qué esperar y los secretos que solo aprendes viajando, para que tu viaje sea tan fluido como inolvidable.  

Desde Nepal

1. Katmandú: Donde todo comienza  

Katmandú no es solo una parada técnica: es el prólogo de tu aventura. Para llegar aquí, la mayoría vuela al Aeropuerto Internacional Tribhuvan (el único del país con conexiones internacionales). 

Desde ciudades como Delhi, Bangkok o Doha, aerolíneas como Qatar Airways, Air India o Thai Airways ofrecen vuelos diarios.  

2. Volar a Lukla

¿Por qué es necesario ir de Katmandú a Lukla? Lukla es el punto de partida para la caminata hacia el campamento base del Everest. No hay carreteras hasta esta zona, por lo que el avión es la forma más rápida y común de llegar.

  • Aerolíneas locales

Desde Katmandú, las únicas opciones son aerolíneas nepalíes como Yeti Airlines o Sita Air. Sus aviones Twin Otter, diseñados para altitudes elevadas, despegan al amanecer, cuando el clima es más estable. El vuelo dura apenas 30 minutos, pero parece una eternidad: entre las nubes, asoman picos nevados y aldeas colgantes.

  • Helicóptero Charter

Si prefieres evitar los vuelos comerciales, puedes optar por viajar en helicóptero charter. Empresas como Simrik Air o Manang Air ofrecen estos vuelos privados, cuyo precio ronda los 3.000 USD por grupo.

3. ¿Qué hacer después de llegar a Lukla?

Desde Lukla, el único camino hacia el Everest es a pie. Aquí comienza el trekking hacia el Campamento Base del Everest, que suele tardar entre 10 y 12 días.

Las primeras etapas incluyen:

  • Lukla a Phakding (3-4 horas de caminata)
  • Phakding a Namche Bazaar (6-7 horas)
  • Namche Bazaar a Tengboche, y así sucesivamente hasta el Campamento Base

Desde el Tíbet

1. Lhasa: La Puerta de entrada  

Para acceder al Everest por el norte, primero debes llegar a Lhasa, la capital del Tíbet. Esto implica:  

  • Vuelo a Lhasa: Aerolíneas como Air China o Sichuan Airlines operan vuelos desde Beijing, Chengdu o Kathmandú.  
  • Tren desde China continental: El famoso tren Qinghai-Tíbet, que parte desde Xining, es una experiencia épica de 20 horas cruzando mesetas a 5.000 metros.  

2. ¿Qué hacer después de llegar a Lhasa?

Desde Lhasa, no puedes viajar por libre. Necesitas contratar una agencia de turismo, ya que el gobierno chino exige que los extranjeros tengan un guía autorizado en todo momento.

Pasos a seguir

En el Tíbet, no puedes viajar por libre. Necesitas:  

  • Permiso de turismo extranjero: Solo se obtiene mediante agencias autorizadas como Tibet Vista o Seven Summit Treks.  
  • Transporte organizado: Un guía-conductor tibetano te llevará en 4×4 desde Lhasa hasta el campamento base; esto representa 3 días de viaje. La ruta pasa por Gyantse, Shigatse y el paso de montaña Pang La, donde el Everest aparece en el horizonte como una postal.  

Escalar el Monte Everest

Existen varias rutas para escalar el Monte Everest, pero las dos principales y más utilizadas son la Ruta del Sureste y la Ruta del Norte. Cada una ofrece desafíos únicos y experiencias inolvidables para los alpinistas.

Ruta del Sureste:  Esta ruta, la de Hillary y Tenzing, es como una novela de suspense. Comienza en el Campamento Base del Everest en Nepal (5.364 m), al que se llega tras un emocionante vuelo a Lukla desde Katmandú, seguido de un trekking épico a través del Valle del Khumbu.

Es la ruta clásica, la más transitada, y la que la mayoría elige para alcanzar la cima del mundo. El camino no es fácil. Primero hay que esquivar las grietas del glaciar Khumbu, donde las escaleras de aluminio crujen bajo tus botas. Luego, la Cascada de Hielo se alza como un laberinto de seracs que pueden colapsar en cualquier momento. Aquí, los sherpas, con piolet en una mano y té en la otra, pasan semanas instalando cuerdas para que los alpinistas puedan avanzar con seguridad. Son los héroes anónimos del Everest.

A 8.000 metros, en el Collado Sur, el aire es tan escaso que cada respiración cuesta. Los escaladores avanzan en fila india, iluminados por sus frontales, mientras el sol asoma sobre China. La última subida a la cima es un desafío mental: cada paso duele, cada decisión es crucial. Pero al llegar a la cumbre y ver las banderas de oración ondeando en el punto más alto de la Tierra, todo el esfuerzo cobra sentido.

Ruta del Norte

Para los que buscan un desafío aún mayor, la Ruta del Norte en el Tíbet es la opción más técnica y solitaria. Comienza en el Campamento Base del Everest en el Tíbet, al que se llega tras un recorrido en 4×4 desde Lhasa. Menos concurrida que la del Sureste, esta ruta es para los puristas que desean seguir los pasos de los pioneros de la montaña.

Desde el Collado Norte hasta la cumbre, los alpinistas deben superar los famosos Tres Escalones, traicioneras secciones rocosas donde el legendario George Mallory desapareció en 1924. Hoy en día, las cuerdas fijas facilitan el ascenso, pero el reto sigue siendo extremo.

Aquí, la recompensa no es solo alcanzar la cumbre, sino también la soledad: noches bajo un cielo estrellado sin contaminación lumínica y la sensación de estar explorando el Everest como lo hicieron los primeros aventureros.

Preguntas frecuentes

¿Puedo elegir la ruta que quiero según el país en el que me encuentre?
No. Si llegas desde Nepal, solo puedes escalar por la Ruta del Sureste. Si llegas desde el Tíbet, solo puedes escalar por la Ruta del Norte.

¿Puedo escalar el Everest sin agencia?
No. Para ambas rutas, es obligatorio contratar una agencia de turismo especializada en expediciones de montaña. La escalada en el Everest requiere permisos, logística y apoyo técnico que solo pueden gestionarse a través de operadores certificados.

Preparación para escalar el Monte Everest 

Escalar el Everest no es subir una montaña, es comprometerte con un estilo de vida. Antes de siquiera pensar en el permiso, que tiene un valor de 11.000 USD en Nepal, debes entrenar durante años. Los guías expertos recomiendan:  

  • Aclimatación real: Pasar al menos un mes en altitud antes del intento. Muchos escaladores eligen trekking previos en el Annapurna o el Island Peak.  
  • Equipo que salva vidas: No escatimes en botas ni en el traje de plumas 
  • Logística con corazón: Contrata agencias que traten bien a los sherpas, como Alpenglow Expeditions o Himalayan Glacier, donde los guías locales son socios, no empleados.  

¿Por qué el Everest sigue siendo el sueño de muchos?

Porque no se trata solo de la cima. Es el olor a leña quemada en Dingboche, las risas de los porteadores jugando a las cartas, el primer sorbo de té con mantequilla salada tibetana. Es aprender que, a veces, el viaje más duro es el que te lleva a mirarte dentro. El Everest no te garantiza la cumbre, pero sí te promete una historia que contar. ¿La tuya comienza aquí?

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